Insight Meditation Houston

El Conductismo con Corazón

El Conductismo con Corazón

Entrenamiento Cognitivo Budista

(extractos del capítulo 19 de La Sabiduría del Corazón por Jack Kornfield)

El Buda dijo, “Aquello sobre lo que una persona piensa y reflexiona frecuentemente, se convertirá en la inclinación de su mente.”

Hay una citación en el Dhammapada: “Habla y actúa a partir de los pensamientos necios, y la desgracia irá tras de ti como la rueda que sigue el buey que tira un carro. Habla y actúa a partir de los pensamientos sabios, y la felicidad te seguirá tan de cerca como tu sombra, inmovible.”

Aquello en lo que pensamos de manera habitual colorea nuestra experiencia cada día.

Cuando empezamos a observar estos pensamientos, descubrimos que muchos son repetitivos. Algunos tienen que ver con los problemas [y los miedos]… Otros se relacionan con nuestras preferencias….Muchos consisten en reflexiones sobre nosotros mismos….

Los textos budistas dicen, “El pensamiento es tu amigo. El pensamiento es tu enemigo. Nada puede hacerte tanto daño como un pensamiento necio. Nada puede hacerte tanto bien como un pensamiento sabio. Ni siquiera el progenitor más amoroso.”

Nuestra vida está determinada por nuestros pensamientos.

Normalmente estamos semiconscientes sobre la manera en que nuestros pensamientos dirigen nuestra vida; nos perdemos en ellos como si fueron la realidad.

Tomamos demasiado en serio nuestras creaciones mentales, creyéndolas sin ninguna reserva.

Como dijo Mark Twain, “Mi vida ha estado llena de desgracias terribles, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron!”

Cuando nos hacemos plenamente conscientes de nuestros pensamientos, vemos que el miedo es sólo una historia acompañada de sentimientos dramáticos. No tenemos que tomar la historia como una verdad.

Cuando miramos las creaciones de nuestra mente sin engancharnos, hay una liberación radical.

El lama tibetano Khyentse Rinpoche lo explica así: “La mente crea tanto el samsara como el nirvana. Pero, sin embargo…son solamente pensamientos. En cuanto reconocemos que los pensamientos están vacíos, la mente ya no tiene el poder de engañarnos.”

No obstante, por mucho que lo intentamos, nos quedamos atrapados en algunos pensamientos repetitivos, y el saber que están vacíos no nos ayuda.

Los patrones difíciles de pensamiento pueden persistir, coloreando nuestra conciencia…y no podemos ver sin su distorsión.

Es cuando necesitamos crear, de un modo deliberado, pensamientos positivos para remplazar esos patrones inútiles de la mente….

En el occidente, los terapeutas cognitivos-conductistas contemplan lo que está ocurriendo en el aquí y ahora para poder cambiar los diálogos interiores negativos y los comportamientos auto-destructivos.

Por ejemplo, si, antes de buscar un nuevo empleo, estoy pensando, “Nunca voy a tener éxito,” podría reconocer ese pensamiento como una “generalización falsa” y sustituir otro pensamiento: “He tenido éxito en el pasado, y podría tenerlo otra vez.”

Así actuará con más confianza en una entrevista profesional.

La psicología oriental ofrece algo más que la pura sustitución racional de los patrones incorrectos de pensamiento.

Podemos llamar el enfoque budista el “conductismo con corazón” porque hay una intención benevolente.

Empezamos a utilizar la atención plena para identificar los patrones de pensamiento que provocan nuestro sufrimiento.

Entre ellos están los pensamientos de desvalorización, celos, odio, ansiedad, y apego.

Después, desde la compasión, modificamos lo que hay en nuestra mente.

Transformamos nuestros pensamientos con un sentimiento de protección amorosa hacia nosotros mismos y hacia los demás.

El Dalai Lama dice que la transformación de sus pensamientos es una de sus prácticas favoritas.

Sus instrucciones son: “Visualiza los efectos de los patrones erróneos, como el enojo, o la autocrítica…Observa como te afectan estos pensamientos internamente: la tensión, la aceleración del pulso, la incomodidad. Observa cómo esos pensamientos afectan a otros que también los crean, haciendo que se sientan disgustados…Entonces toma la decisión compasiva: No voy a permitir que estos estados me hagan perder la paz mental.”

Podemos tener la esperanza de que se produzca una transformación repentina, pero en la mayoría de los casos, el re-entrenamiento radical de la mente requiere un esfuerzo paciente y constante.

La investigación de la neurociencia moderna sobre la neuro-plasticidad demuestra cómo nuestros cerebros pueden entrenarse de nuevo y reconfigurarse a cualquier edad.

En la práctica budista, aprendemos a ver que los pensamientos distorsionados basados en el odio hacia nosotros mismos, la agresividad o el apego no son lo que realmente deseamos.

Nos damos cuenta de que estos pensamientos no contribuyen al bienestar mental.

En cualquier momento, podemos reconocer el daño que están creando y cambiar el enfoque de los pensamientos.

Ajahn Chah enseñaba, “Cuando elegimos una fruta para comer, escogemos los mangos buenos [y no] los mangos podridos. Lo mismo ocurre en la mente. Aprendemos a reconocer los pensamientos podridos e inmediatamente los dejamos para llenar nuestro cesto con los estados mentales maduros y bellos.”

Cuando estamos deprimidos, asustados o enfadados, toda una cascada de pensamientos nos tentará con sus cuentos:

“Siempre será así, sin esperanza,” etc.

Este tipo de pensamiento crea una sensación dolorosa del “yo” limitado y falso.

A través de la práctica, podemos notar el dolor que producen los pensamientos negativos, liberarlos y sustituirlos con un punto de vista más sabio.

Ajahn Chah decía que no necesitamos creer lo que dice la mente.

Si hay un comentario o un punto de vista negativo, podemos contestar, “No me interesa” y soltarlo.

El Dalai Lama propone, “Cuando vengan la preocupación y la ansiedad, cultiva una y otra vez el siguiente pensamiento: Si el problema puede solucionarse, no hay por qué preocuparse. Y si no hay una solución, no tiene sentido preocuparse, porque de todas formas no se puede hacer nada.”

A pesar de su responsabilidad enorme hacia toda la comunidad Tibetana, el Dalai Lama mantiene su optimismo y alegría respecto a la vida.

Por supuesto, quisiéramos enfrentar las cosas difíciles sin tratar de escapar o negar la realidad de nuestra existencia.

Pero no es necesario añadir pensamientos miedosos a lo que estamos enfrentando.

Los pensamientos insanos pueden encadenarnos al pasado.

A través de la atención plena, podemos reconocer los malos hábitos que hemos aprendido hace tiempo y entonces tomar un paso decisivo.

Cuando nos damos cuenta de cómo nuestros pensamientos obsesivos nos sirven para tapar la pena, inseguridad y soledad, podemos abrazar con compasión el sufrimiento debajo de esos pensamientos.

A medida que aprendemos a tolerar poco a poco las sensaciones y las emociones incómodas, podemos reducir su fuerza energética.

Los patrones negativos de pensamiento no son nuestra naturaleza innata.

El Dalai Lama dice, “La avaricia, la ira y la preocupación constituyen una parte de nuestra mente que pueda transformarse….Podemos aislar mentalmente los estados perjudiciales y reducirlos…”

La transformación de nuestros pensamientos constituye un reto porque estamos anclados en nuestros cuentos del pasado, que se han convertido en nuestra identidad.

Pero debajo de los pensamientos destructivos hay una parte de nosotros que sabe que esos pensamientos no son ciertos, no so válidos, no están vivos.

Cuando podemos soltar estas historias antiguas, aparece una perspectiva totalmente nueva.

El miedo puede transformarse en la presencia y el entusiasmo.

La confusión puede convertirse en el interés.

La incertidumbre puede llegar a ser una puerta para la sorpresa.

Y las dudas sobre nuestro mérito puede conducirnos a la dignidad.

Jack Kornfield sugiere una práctica diaria para la sustitución compasiva de los pensamientos dañinos.

Toma conciencia del contenido de las voces interiores:

Cuáles son sus comentarios habituales? Cómo te hacen sentir?

Investiga cuánto dolor te causan.

Nota cuándo aparecen los pensamientos negativos más frecuentemente: de día o de noche? Qué tipo de situaciones los provocan?

Respira y abraza el dolor con una actitud bondadosa.

Entonces crea un antídoto, una frase o varias frases que transformen totalmente la falsedad de los pensamientos dañinos.

EJEMPLOS: para el contrario de la vergüenza, Voy a vivir con dignidad.

para el contrario de la ansiedad, Voy a vivir con confianza.

METTA:

Que me ame y acepte tal como soy.

Que confíe en la vida.

Regularmente, recita internamente tus frases con firmeza y conciencia.

No importa si no crees las palabras completamente.

Dilas de todas formas, con compasión, como un antídoto para el sufrimiento.

Quizás necesitas repetir las frases miles de veces hasta que te das cuenta de que funcionan.

Y lo harán.